Consejos y mitos sobre la piel con tendencia a imperfecciones
Recuerda que las imperfecciones persistentes deben ser evaluadas por un dermatólogo.
Recuerda que las imperfecciones persistentes deben ser evaluadas por un dermatólogo.
La piel con tendencia a imperfecciones visibles debe ser evaluada por un especialista. De esta forma, el dermatólogo o la dermatóloga pueden identificar si existe alguna condición metabólica u hormonal asociada con lo que presenta tu piel.
Además, recibirás una orientación específica para cuidar y tratar tu piel adecuadamente.
La clave de un tratamiento exitoso es acudir a consulta dermatológica, apegarse al tratamiento y se constante.
Primero debes saber que "tapar" las imperfecciones con maquillaje puede agravarlas. Por ello, es recomendable no utilizarlo o reservar su uso para ocasiones especiales.
Sin embargo, si decides hacerlo, debes desmaquillarte todas las noches para eliminar las impurezas. Irte a dormir maquillada puede propiciar o empeorar alteraciones cutáneas.
Una mala higiene no es la causa de las imperfecciones, pero influye.
Lava tu piel cada mañana y noche con productos específicos para eliminar maquillaje, restos de sebo, sudor y contaminación.
¡Es muy peligroso!
Puede generar reacciones contraproducentes en tu piel como marcas visibles o incluso cicatrices. Por ello, es importante acudir de forma temprana al dermatólogo para recibir un manejo adecuado.
Las toallas pueden ser una fuente de bacteria, no uses la misma toalla para uso común, tu pelo, cuerpo, cara y manos jamás deben compartir una misma toalla.
Tratar de tener una por separado para secar tu rostro.
Las imperfecciones visibles no siempre desaparecen solas ni son exclusivas de la adolescencia.
FALSO
A pesar de que las imperfecciones visibles se asocian a la actividad hormonal propia de la adolescencia, una vez superada esta etapa no necesariamente desaparecerán por sí solas. Lo ideal es acudir con un dermatólogo para poder abordarlas de manera adecuada y constante. De este modo, evitarás marcas o cicatrices.
El chocolate y la comida chatarra provocan granos
VERDADERO Y FALSO
En algunas personas, el consumo de estos alimentos puede provocar la aparición de granos; es decir, esta observación no es válida para todas. Es preferible evitar aquellos alimentos que cada individuo note que empeoran la condición de su piel.
Cuanto más te laves la cara tendrás menos imperfecciones
FALSO
Lavar la cara demasiadas veces al día puede sensibilizar la piel y favorecer la aparición de imperfecciones visibles. Se recomienda realizar el aseo facial por la mañana al despertar, por la noche antes de dormir y después de actividades que provoquen sudoración.
Las lociones astringentes o el uso de alcohol para secar la piel no necesariamente mejoran la condición de la piel con tendencia a imperfecciones.
FALSO
Secar en exceso la piel puede causar sensibilidad y empeorar las imperfecciones visibles. Es mejor aplicar una crema hidratante especial para piel con tendencia a imperfecciones después del aseo facial.
Las imperfecciones aparece por suciedad
FALSO
Las imperfecciones visibles no están directamente relacionadas con los hábitos higiénicos, sino con factores hormonales. Si bien es cierto que no lavarse el rostro puede favorecer la aparición de imperfecciones, hacerlo en exceso también puede empeorar la condición de la piel.
Tallar la cara con cepillos faciales, exfoliantes naturales o caseros destapa los poros
FALSO
Tallar la piel con instrumentos o productos exfoliantes puede empeorar la condición de la piel con tendencia a imperfecciones. Al lavar el rostro, es mejor usar las yemas de los dedos con movimientos circulares y enjuagar con agua tibia.
El estrés te llena de granos
VERDADERO
Los cambios hormonales que acompañan al estrés pueden producir algunas imperfecciones visibles en ciertas personas, pero no son la única causa, ya que esta condición también se asocia a otros factores.
Explorarte un grano lo va hacer desaparecer
FALSO
Exprimir o explotar un grano puede hacer que su contenido (pus, células muertas de la piel e impurezas) penetre más en la piel, generando mayor sensibilidad, así como dolor, marcas visibles y cicatrices. Lo mejor es no tocarlos.
Las sábanas y las almohadas pueden ocasionar imperfecciones
VERDADERO
Las células muertas y las impurezas que se acumulan en las sábanas y fundas de almohadas pueden obstruir los poros y empeorar la condición de la piel con tendencia a imperfecciones. Se recomienda cambiarlas semanalmente.
Bajo el sol, parece que el estado de la piel mejora. Sin embargo, esta se vuelve más gruesa para protegerse de los rayos UV, lo que impide la correcta evacuación del sebo.
Después del verano, cuando la epidermis se afina, pueden aparecer múltiples imperfecciones al mismo tiempo: el clásico rebote de las imperfecciones visibles.
Por eso, es importante anticiparse y utilizar un protector solar específico para piel con tendencia a imperfecciones.
Existen estudios que indican que la alimentación influye en la aparición de imperfecciones visibles: más concretamente el azúcar, debido a su acción proinflamatoria, y los alimentos ricos en grasas trans.
Optar por alimentos con bajo índice en azúcares permite mejorar clínicamente la condición de la piel con tendencia a imperfecciones y reducir el tamaño de las glándulas sebáceas.
Existen 2 grandes riesgos cuando manipulas las imperfecciones visibles: las cicatrices y la propagación de impurezas. Hay que resistir las ganas de reventar los granos blancos en cuanto notamos que están saliendo.
Es un círculo vicioso: al exprimirlo, un grano puede volverse más visible y notorio, además de dejar una marca permanente.
El celular puede acumular microorganismos perjudiciales para tu piel, que entran en contacto con ella a través de las manos o al acercarlo a las mejillas durante una llamada, lo cual puede ser contraproducente para una piel con tendencia a imperfecciones.
Por ello, es recomendable limpiar frecuentemente tu celular con un pañuelo ligeramente humedecido.
Afeitarse con frecuencia puede sensibilizar la piel y favorecer molestias localizadas, que pueden ser más incómodas si tienes piel con tendencia a imperfecciones.
Se recomienda utilizar un gel o espuma adaptado para piel sensible.
Generalmente hay muchos remedios caseros y productos milagros que anuncian en la televisión, sin embargo su uso puede provocar que tus imperfecciones empeoren.
Por ello, procura utilizar productos recomendados por Dermatólogos o que incluyan la leyenda "no comedogénico/ comedónico" u "oil-free".
El maquillaje produce imperfecciones
VERDADERO
En algunas personas, el uso de maquillaje líquido y oleoso puede favorecer la aparición de imperfecciones visibles. Es recomendable usar productos que incluyan la leyenda “no comedogénico” u “oil-free” y reservar su uso para ocasiones especiales. Sin embargo, incluso el maquillaje no comedogénico puede favorecer la presencia de imperfecciones si no se retira antes de dormir.
Aplicar pasta de dientes elimina los brotes de acné
FALSO
La aplicación de dentífrico irrita la piel y por ello empeora la inflamación de los brotes de acné.
El acné es contagioso
FALSO
El acné NO es una infección que pueda contagiarse a otras personas. Cuenta con un componente bacteriano que se encuentra en la piel de la mayor parte de la población.
El sol reseca los granos
FALSO
La exposición solar NO mejora el acné, exponerse al sol sin protección daña la piel, ocasiona manchas y aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. Además, algunos tratamientos antiacné pueden irritar la piel al exponerse al sol directamente.
No debo usar crema hidratante si tengo acné
FALSO
Existen productos faciales hidratantes diseñados para pieles con tendencia acnéica que no empeoran el acné. Las cremas corporales habituales deben evitarse en las zonas afectadas por el acné.
Usar fleco provoca acné
VERDADERO
El cabello largo puede provocar acné especialmente en la frente pues lleva células muertas y sebo que bloquean los poros favoreciendo la aparición de brotes.
El acné es genético
VERDADERO
Sí existe influencia genética, si tus papás tuvieron acné tienes más riesgo de presentarlo. Sin embargo, existen otros factores asociados a la aparición del mismo.